Se cumplió un año del asesinato de Griselda Hernández, de 27 años, y de su bebé Dominik Alexander Hernández, de año y medio, a manos del supervisor de la Patrulla Fronteriza, Ronald Anthony Burgos Avilés.

Hoy, en la Semana Nacional de Ayuda a las Víctimas del Delito, la familia Hernández estuvo presente en el evento efectuado en el edificio administrativo del Condado de Webb.

Angélica Hernández Flores, hermana de Griselda, pidió disculpas a nombre de sus seres queridos, por no poder hacer declaraciones a la prensa, pues ella y demás integrantes del núcleo familiar, fungirán como testigos en el juicio que comenzará a principios de febrero del 2020. De hablar ante los medios de comunicación sobre el caso, se anularían su participaciones en el proceso judicial.

El fiscal de Distrito del Condado de Webb, Isidro Alanís, dijo en el 2018 que pedirá pena de muerte o cárcel de por vida, para el supervisor de la Patrulla Fronteriza Sector Laredo, el portorriqueño, entonces de 28 años, Ronald Burgos, asesino de la mujer y el bebé, el que al parecer era su hijo, procreado fuera de su matrimonio, pues está casado.

Pena de muerte por asesinar a un niño menor a 10 años y por cometer más de un homicidio a la vez, son factores para solicitar la pena de muerte en Texas.

La tarde-noche del 9 de abril del año pasado, Burgos, con nueve años en la agencia federal y fungiendo como supervisor de Primera Línea, se supone que asesinó a cuchilladas -a madre y bebé, dejándolos tirados en una brecha de la orilla del río Grande, cerca del cruce de las arterias Bristol y Allen, en la colonia Lowry Farm, sobre el Camino a las Minas.

La infortunada laredense, era pareja sentimental del agente federal, él fue quien llamó al 911 reportando los hechos.

Fuente "El Mañana".